En algunas ocasiones te puedes enfrentar a preguntas de mayor dificultad o en las que la respuesta no es tan sencilla de identificar.
Aquellas preguntas que van mas allá del análisis básico y la interpretación, son preguntas que necesitan que tengas altamente desarrollado tu proceso de argumentación y proposición, ya que las respuestas necesitan de un análisis que va mas allá de lo lógico o lo obvio.
Hay ciertas técnicas que te pueden ayudar en la mayoría de los casos, a encontrar la respuesta correcta y en unas pocas preguntas de nivel reto a jugar con una mayor probabilidad de acierto. Cuando te encuentres con preguntas de este tipo, deja a un lado el estrés (uno de tus peores consejeros durante el examen) y ten en cuenta estos consejos:
Todas las preguntas tienen cuatro posibles respuestas, pero en ocasiones una o dos de esas respuestas son claramente incorrectas o no tienen sentido, desviando el punto que se está tratando. Elimínalas y así podrás elegir entre aquellas que parecen ser la correcta. Así pasas aumentarás de un 25% de probabilidad de acierto a un 50%.
Recuerda lo importante del manejo del tiempo, sobretodo en aquellas preguntas cuya respuesta no es tan clara. Cuando te enfrentes a ellas, intenta resolverlas pero sin caer en ciclos de tiempo muy grandes. Deja tenuemente marcada la respuesta que más te convence y continúa con otras preguntas. Debes marcar la pregunta que no contestaste en la hoja de respuestas con la opción que hasta ese momento te parece más lógica en el cuadernillo. Con esto, cuando retomes la pregunta ya tendrás una guía para no tener que empezar de cero y a la vez evitarás preguntas no respondidas.